Las turistas brasileñas bajaron de sus autos el viernes pasado frente al local de Louis Vuitton en Punta del Este y preguntaron, ansiosas, cuándo se reabriría al público. Ese mismo día había dejado de funcionar el local que la firma francesa de lujo tenía en Buenos Aires, pero la tienda del exclusivo balneario uruguayo estaba embarcada en una importante remodelación y ampliación.
Ubicado sobre la calle 29, entre la 20 y la 18, el local puntaesteño está en pleno proceso de transformación para mostrar su mejor cara para el inicio de la temporada de verano. La intención de la empresa es que se inaugure el 5 de diciembre, de acuerdo a fuentes cercanas a la firma en Uruguay. La inversión rondará los US$ 500 mil. La premisa es llevar el local a cero y que no quede ningún vestigio de lo que era: por ello hay órdenes de romper hasta los muebles que se usaron hasta ahora.
Se quiere que la tienda de Punta del Este adquiera un “estilo más mediterráneo”, en palabras de fuentes cercanas a la empresa en Argentina. La misma fuente agregó que quedará parecida a la tienda que Louis Vuitton tiene en la isla griega de Mykonos. Será la única en América Latina con este estilo, agregó.
Si bien se superponen, la decisión de ampliar el local de Punta del Este es independiente a la situación que está viviendo la compañía en Argentina, según las fuentes consultadas. El pasado viernes fue el último día del local de Louis Vuitton sobre la Avenida Alvear de Buenos Aires. La marca gala había desembarcado en suelo argentino 17 años atrás.
El cierre es “momentáneo” y responde a la “desaceleración de la economía argentina”, de acuerdo a la fuente de Argentina. Una filial de la marca quedará en Buenos Aires, dedicada a actividades relacionadas con propiedad intelectual (por ejemplo, contralor de versiones ilegítimas).
La persona que hasta el momento se desempeñaba en la gerencia en Buenos Aires pasará a ocupar el mismo puesto en la tienda de Punta del Este. Con esto, también se espera mantener el trato cercano con la clientela argentina que en verano se mueve hacia el balneario uruguayo.
Actualmente, la marca tiene presencia a nivel latinoamericano en Brasil, Chile, Colombia, Panamá, República Dominicana, Aruba, Barbados y México. Hasta hace dos años, también tenía una tienda en Venezuela, que fue cerrada en 2010 pero “en otro contexto”, diferente al que enfrentaba ahora en Argentina, de acuerdo a la fuente consultada.
Huida de lujo
El caso de Louis Vuitton no es el primer ejemplo de marcas de lujo internacionales que deciden irse de Argentina. En los últimos tiempos, también se han retirado del mercado porteño la italiana Ermenegildo Zegna (tenía dos locales y se quedó solo con el de Patio Bullrich), la estadounidense Polo Ralph Lauren, la alemana Escada y la francesa Yves Saint Laurent. Asimismo, se anunció la retirada, para fines de octubre, de la joyería francesa Cartier.
El martes 2 se supo que Kenzo también había decidido abandonar la tienda que tiene en el Patio Bullrich. “Estaremos abiertos por unos días más”, dijeron desde el local al diario argentino El Cronista.
“Es un mensaje, un indicador para un país en términos de crecimiento y en términos de libertad de mercado”, opinó la directora de la consultora argentina de marcas de lujo Essentia Consulting, Constanza Sierra. “No es que la gente se vaya a morir por no poder comprar una cartera Louis Vuitton. De hecho, la gente que accede a ese tipo de consumo puede viajar fácilmente y consumir afuera. Es un tema de tener la opción”, sostuvo la experta.
Sierra no cree que la ida de marcas de lujo genere una instalación de estas en el mercado uruguayo debido a su tamaño. A pesar de esto, considera que puede ser “estratégico” para algunas firmas instalarse en Uruguay, sorteando de esta manera la situación argentina pero pudiendo seguir abasteciendo a su clientela de ese país. “Se sabe que el consumidor de alta gama del mercado de Argentina es un consumidor que frecuenta Punta del Este”, dijo Sierra.
Para la directora de Essentia Consulting, esta seguidilla de cierres no tiene que ver con que el mercado argentino se haya vuelto menos atractivo sino que responde a los problemas que tienen las empresas para ingresar su mercadería al país, fruto de las trabas a las importaciones impuestas por el gobierno de Cristina Fernández. Además, para Sierra hay una “cuestión importante”: el pedido del gobierno a las marcas de lujo de que produzcan en Argentina. “Eso va contra la esencia de las marcas de lujo, que como parte de su modelo de negocios, de su construcción de marca, tienen que producir en el lugar donde tienen las raíces”, explicó.
En cuanto a las ventas de este tipo de tiendas a turistas argentinos en la próxima temporada, Sierra cree que van a ser “marginales”. Para ella, la mayor oportunidad radica en los brasileños. “Tenemos evidencia de que cuando vienen han arrasado en locales como Louis Vuitton”, ejemplificó.
Comparación cuestionada
Cuando se conoció la noticia del cierre de Vuitton, el ministro de Turismo de Argentina, Enrique Meyer, declaró que la marca está “en todos lados, en algunos lados por demás”. “En cambio, nosotros tenemos marcas que están creciendo cada vez más como Cardon, Pampero, El Noble Repulgue”,disparó el funcionario.
Según Sierra de Essentia, “no tiene nada que ver” la comparación realizada por Meyer, porque, guste o no, las marcas emblemáticas de lujo son internacionales. Si bien celebra que las marcas argentinas se desarrollen y ganen mercados internacionales, la experta destacó que son cosas diferentes. “Al margen de que él compara (la marca francesa) con una casa de empanadas o con Cardon, que con todo mi respeto no tienen nada que ver con la enorme construcción marcaria que tiene Louis Vuitton desde hace décadas en el mercado de lujo más emblemático que es Francia”, manifestó.